Según San Juan Pablo II, en el origen del ateísmo se encuentra la reacción del hombre que huye ante la imagen falsa de Dios que se ha forjado, puesto que ha cambiado la actitud padre-hijo que Dios siempre quiso por una relación amo-esclavo: «El Señor aparece como celoso de su poder sobre el mundo y sobre el hombre; en consecuencia, el hombre se siente inducido a la lucha contra Dios. Análogamente a cualquier época de la historia, el hombre esclavizado se ve empujado a tomar posiciones en contra del amo que le tenía esclavizado»
Juan Pablo II. «Cruzando el umbral de la esperanza»
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.