Al final queda la familia

Hace unos días vinierona verme al despacho un matrimonio. Estaban recientemente jubilados. 67 y 69 respectivamente. Ella era francesa y tenía dos hijas y un nieto. Él inglés, todo un gentleman. !Feien goig! Era su segundo matrimonio. Residían en Francia cerca de París y se trasladaban cerca de Barcelona. Me dijeron que les gustaba el clima, el mar. Me pareció correcto. Extraño a estas edades, pero comprensible.

Más adelante, conforme iba fluyendo la conversación, descubrí la verdadera razón. Las hijas y la nieta. Esta era la razón del cambio. Se habían quedado solos y querían estar con su familia.

Al final queda la familia.

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