1989. La matanza de Tiananmen. El Gobierno chino aplastó la revolución de los estudiantes en Tiananmen. La foto la conocemos el estudiante delante del tanque.
En 20 años China ha pasado de ser una dictadura de izquierdas, a ser una dictadura de derechas. Es una especie de franquismo a la China. ¡Si Franco levantara la cabeza! No hay libertades «formales», e Internet está bajo censura, pero todo el mundo hace negocios. Hay ricos y pobres. Ha desaparecido la igualdad en la pobreza, y en la miseria moral: auge del cochazo, y la bici nueva.
Ya nadie habla de Mao. Mao y su viuda. Enterrados en Tiananmen. Otro país que se apunta al consumo, que mira con un ojo al dólar, y con el otro la manifestación de la calle. Contradicciones. Yo pensaba que Mao era como un dios. Nada, Mao, nada. ¿Qué ha sido de los maoístas? ¿Dónde está el libro rojo? Es ahora un «souvenir».
Está claro que nadie puede con esta globalización. No es buena ni mala, simplemente es. Y , si no que se le pregunten a los chinos.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.
La globalización busca integración económica y por ello necesita un marco de seguridad así que lo buscará y con el tiempo lo logrará ofreciendo al mundo nuevas oportunidades de paz. Es muy joven pero está aquí para quedarse. Tiene espectos positivos y otros negativos. Pero es como la vida misma: imperfecta y dinámica en busca de la perfección.
Lo que quizás habría que tener en cuenta , como explica Valentí Puig, es que «la escasa globalización es una fuente de carencias mucho mayores que el exceso de globalización».
La globalización busca un marco jurídico que de de le estabilidad.