LA CARTA QUE SIGUE ME LA ENVIÓ UN BUEN AMIGO GALLEGO. Con su permiso la publico.
Cuando el poder pide unidad, está pidiendo sumisión. Ha ocurrido siempre y ocurre ahora en Galicia con la política lingüística. Nuestra respuesta ha de ser siempre la misma: mejor división que sumisión.
Galicia Bilingüe ha hecho un gran servicio a Galicia al alentar la insumisión civil contra una norma infame. No es ahora el momento de analizar técnicamente las propuestas que hace y que plantean problemas organizativos importantes. Es el momento, por el contrario, de hacerles ver a quienes nos arrastran a un monolingüismo orgullosamente paleto al que no queremos ir que eso no les va a salir gratis, que estamos dispuestos a provocar y sostener el conflicto y que no nos dejaremos intimidar con sus llamamientos a la unidad.
Eduardo Cid Sánchez, miembro de la Agrupación de Pontevedra del P.S.de G -P.S.O.E.
D.N.I. 34 714 420 Z
Paseo de Colón Nº 20 2º-A 36002 Pontevedra
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.
Es que hay gente que no se entera. En democrácia pueden coexistir dos lenguas en un mismo territorio, y hay que respetarlo, por un principio elmental de respeto a las libertades individuales. Otra cosa, son los supuestos proteccionismos a una lengua sobre otra por parte de las instituciones.
¿Proteccionismo o imposición? He aquí el quid de la cuestión, bajo el supuesto proeccionismo, se esconde imposición, porque en realidad, los únicos legitimados para decidir que lengua usan son los ciudadanos, en función de sus necesidades y costumbres, necesidades que en una lógica evolución natural se acaban imponiendo.
Total, que sobre el manto de un supuesto proteccionismo lingüístico, en realidad se quiere la imposición a costa de la libertad de escoger de la ciudadanía, y ahí es donde la gente no traga.
Galicia es un ejemplo, el gallego pragmático como el solo, entiende que en este mundo se llega a todas partes esencialmente con el inglés y el castellano, desgraciadamente por este orden.
De ello son conscientes muchos paises europeos, donde el inglés es segunda lengua. Querer limitar el castellano, en los mal llamados territorios históricos, es un error que limita las posibilidades de desarrollo personal y colectivo de esos territorios, máxime cuando se quiera o no, el castellano está incorporado al acervo cultural de la población de los mismos, incluso del propio Sr. Carod Rovira, promotor del bilingüismo en otros lares a excepción de Catalunya, obviando que una parte más del 50 por ciento, tirando corto de Cataluña es castellanoparlante y no por ello menos catalana.
Qué valiente este socialista gallego!
No se pueden poner puertas al campo. Las lenguas fluyen, e intentar dominarlas, domesticarlas e imponeras sólo crea malestar, rebote y, al final, cansancio de la ciudadanía.
si se me permite, al proteccionismo le llamaría «política de fomento». Pero la política de fomento debe ser siempre consensuada, y tener una base social. Si no es así a la larga se transforma en imposición. Saludos Victor.
Son muchos los que empiezan a tomare concienca de la situación, y por respeto a su concienca, y a los ciudadanos hablan alto y claro. Las lenguas fluyen -efectivamente-. Oponerse a este fluir es como poner puertas al campo. Un saludo Fernando y beinvenido a mi bloc.
Pues es esa la palabra exacta, Toni, nada me opone al «fomento de la lengua catalana», si me opongo a esa falta de consenso y de falta de respeto por los que hablan otra lengua de Cataluña, el castellano. No la segunda, la otra, simplemente.
Victor, sigo manteniendo la tesis de Aliex Vidal quadras sobre la lengua. Esto de la lengua propia es artificial. Las lenguas no son propias de los territorios, sino de las personas. Esta evidencia, silenciada por el nacionalismo sedicente, sigue hoy oculta. Saludos, Victor.
por ladrones
¿Eduardo Cid piensa que «Pontevedra» es un topónimo castellano?
POr cierto, ¿está usted seguro de que ese «porque» del título está bien escrito?