En un partido político existen varios ejes fundamentales: un Ideario, una voluntad de llevarlo a término, unos cuadros estructurales de mando, y una imagen pública en los candidatos.
En el PP somos conscientes que esa imagen pública directa que dan sus candidatos y cuadros no puede ser una imagen estática sino dinámica ante las nuevas realidades sociales
Los cuadros de un partido tienen que tener la capacidad de renovarse y adaptarse a esas modificaciones sociales por cuanto la imagen que podía ser positiva para el partido hace 10 años puede ser poco representativa hoy.
En el PP no somos revolucionarios evidentemente, pero eso no tiene que representar ser inmovilistas; desde la dirección del partido y desde las bases tenemos que ser capaces de seleccionar a las personas que mejor puedan defender y representar nuestros ideales, siempre teniendo presente el trabajo y el servicio prestado, pero valorando que lo realmente trascendente en esa elección son las posibilidades de futuro y su capacidad de servir a la sociedad y al PP.
La defensa de los ideales y valores del PP están por encima de los intereses particulares de cada uno de nosotros, un partido tiene que ser absolutamente egoísta y pensar exclusivamente en sus intereses y no en los de los que le servimos.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.
Tenía una profesora de Economía y empresa en Abat Oliba que decía algo parecido a: “confío mucho más en los políticos de derechas (y a ser posible con solvencia económica reconocida) para gestionar la economía de mi país, ya que no necesita (tanto) el robarme”
Toni, yo sí creo que debemos ser revolucionarios. Debemos revolucionar a la sociedad con nuestras ideas, con nuestros mensajes. En definitiva, hemos inyectar ilusión a la gente. Y eso lo conseguimos a través de nuestros agentes electorales: afiliados, simpatizantes, cargos.. y de ahí la importancia de la dirección de nuestro partido en todos los ámbitos (desde el regional al local). Ya que a de ser ésta la que primero consiga ilusionar a los cargos intermedios para que sean estos cargos los que, en su día a día, transmitan ILUSIÓN en nuestro mensaje.
Debemos revolucionar pero también evolucionar. Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? En caso que no funcione… o cambiamos nosotros, o la sociedad lo hará.
Totalemnte de aceurdo Marcos. Gracias por el comentario.
Y yo añadiría que es muy importante sentarse y pensar en la valía y capacidades de los afiliados/as y ponerlos allí dónde mejor las puedan desarrollar. En la LInterna del pasado día 5 , a propósito de la desatrosa gestión del Sr. Corbacho, César Vidal hizo el siguiente comentario: que cada cual ejerza en aquel puesto para el que está dotado, así pues que el dentista arregle dientes y el albañil ponga ladrillos, porque si ponemos al dentista a construir una casa y al albañil a arrancar dientes, ocurre lo que ahora mismo sucede : cada día 1000 parados más en Cataluña.
Estoy totalmente de acuerdo Maria D. A cada uno dónde le corresponda, pero has de reconocerme que esto no es nada fácil.
Claro que no es fácil!!!!! como iba a serlo si se entiende la política como un lugar para medrar y no un servicio a la sociedad….. creo que el libro de cabecera para algunos que ocupan puestos relevantes y no los quieren abandonar, mal que les pese, debería ser «La República» de Platón. Cuanta sabiduria y humildad nos hace falta, Toni (no va por tí, que conste)!!!!!!.