La convocatoria electoral no puede ser calificada más que de irresponsable. Entiendo que políticamente una decisión es irresponsable cuando lo que se persigue no busca el bien común. Mas alejadas las decisiones del bien común más irresponsables. El bien común en nuestro caso no es más ni menos que la suma de bienes individuales de los catalanes. Es en ese contexto dónde se observa la grave irresponsabilidad en la convocatoria de las elecciones.
La situación de crisis económica, la perdida de poder adquisitivo constante de los catalanes, la urgencia de salir cuanto antes de la crisis, la necesidad de fomentar la cohesión social en estos momentos: son argumentos que hacen de la convocatoria de las elecciones un grave acto de irresponsabilidad política, aunque –no hay que negarlo- nadie puede discutir su legalidad o su legitimidad. Es simplemente una decisión inoportuna.
La conclusión es clara: la convocatoria de elecciones ha sido un acto arbitrario, probablemente sin pensar en lo que conviene a la mayoría de los catalanes.

Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.