Estos dias releo un libro interesantíssimo. Se titula «VATICANO II Una historia nunca escrita» de Roberto de Mattei. Un libro magnifico, pues explica con gran precisión y exactitud qué paso realmente en el seno del Concilio. Explica por qué se convocó, qué se pretendía. Cómo fue la sucesión entre San Juan XXIII y Paulo VI. Pero sobre todo explica la tremenda lucha entre el sector progresista de la Iglesia y el sector tradicionalista.
El Vaticano II y su relectura por la prensa occidental tuvieron un impacto enorme en la Iglesia. Se inauguro en Roma, en la Basílica de San Pedro, por Juan XXIII, el 11 de octubre de 1962, y allí mismo clausurado, el 8 de diciembre de 1965, después de cuatro sesiones, por Pablo VI. Pero desde su finalización se realizo su relectura que aún dura. Sin embargo, la única manera de hacer creíble el Vaticano II –sostuvo siempre el Cardenal Ratzinger, más tarde Benedicto XVI– es la de presentarlo como una parte de la completa y única Tradición de la Iglesia y de su fe.
Otros ven el Concilio como un fenómeno, un acontecimiento, único en la Historia de la Iglesia. Según esta opinión, «la identidad del Concilio está determinada no sólo por los documentos doctrinales institucionales y por las normas canónicas que le siguieron, sino, sobre todo, por el efectivo desarrollo de la asamblea y por la recepción del acontecimiento por parte de la comunidad de fieles «.
Y así seguimos, como pone de relieve el sínodo aleman.
