CRONICA DEL CONFINAMIENTO: ricos y pobres. Buenos y malos.

 

El ser humano es agraciado por la naturaleza. Razona, piensa y es capaz de analizar y sintetizar. Fruto de esta razón acostumbramos a “situarnos” en nuestro entorno clasificando: me gusta / no me gusta. Bueno / malo. La etiqueta bueno o malo es de las que más utilizamos.  Mezcla emociones y razón. Es una mezcla que nos apasiona.

Nos ayuda mucho y disfrutamos: este político es un cretino, un inútil, no sabe nada. Esta otra en cambio si que acierta y además es guapa…

En Europa desde después de la II Gran Guerra la ideología progresista, básicamente un pensamiento de raíz marxista ahora desaliñada, o la postura social democrata han ganado adeptos.  Con el paso del tiempo, se han añadido la ecología, el cambio climático pero la base está ahí.

¿Por qué han ganado adeptos? Por qué han sabido  polarizar el problema: buenos / malos, me gusta o no me gusta. Quién ha capitalizado estos “likes” se ha llevado muchos votos.  La lucha por el voto es un martilleo cada vez más sofisticado de la propaganda.

En España, el esfuerzo de la izquierda, PSOE al que se añade con una gran potencia argumental PODEMOS ha ganado la batalla. Han conseguido identificar con nitidez a los malos y a los buenos con gran facilidad. ¿Os acordáis de la casta? Fue una identificación buenísima de los malos hasta … que te conviertes en casta. Sirvió y los colocó en la poltrona.

¿Quiénes son los malos? En primer lugar, el capital. Los capitalistas. Los ricos y los empresarios. ¿Quiénes son los buenos? El pueblo, o sea todos. La gente sencilla. Los pobres. Los trabajadores.

Identificados los buenos y los malos, ¿quién debe arreglar el problema de la tremenda injusticia? ¿Quién debe ayudar a los buenos y machacar a los malos? Obviamente, la clase política y hacerlo mediante los instrumentos del Estado. Consecuencia, vótame ciudadano por que eres pobre y yo -sólo yo- te puedo ayudar contra el que te oprime, el rico.

 

Así se construye el discurso de siempre: hay una pelea, una lucha,  de ricos y pobres. Objetivo, que el partido de los pobres imponga su norma y acaben con la injusticia. Es el objetivo “Robin Hood”:

  • Vótame! Yo robaré al rico para distribuirlo entre vosotros pobres. Por supuesto, ¡permíteme que me quede un cachito!

Lamentablemente, esta forma de proceder no funciona. Ya lo hemos experimentado. Pero hablar de este proceder será objeto de otro post.

 

 

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