El corazón es a la vez fuerte y débil. Asegura la perseverancia ante la adversidad, pero aumenta la vulnerabilidad ante el desamor. La persona sensible, mientras no purifique su afectividad, muestra una excesiva necesidad de sentirse querida. Si no cuenta con otros recursos, se expone a hirientes decepciones y su fortaleza se fragmenta con facilidad. Cuanto más se resiente su autoestima y más aumenta su tristeza, mayor es su tendencia a reclamar aprecio y a alimentar fantasías.
Michel Esparza. Amor y autoestima (Spanish Edition) . Rialp. Edición de Kindle.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.