Nuestra sociedad henchida y orgullosa, autosuficiente y prepotente se muestra ahora como un castillo de naipes. Figuras de arena, fuegos de artificio. Una crisis financiera y todo se pone en entredicho. Aquel personaje soberbio y altivo entra en concurso de acreedores y de héroe pasa a villano. Aquel otro político Seguir leyendo