Del libro de Toni Judt «Postguerra» copio una cita que me parece particularmente brillante.
La cita es de LAWURENCE DURELL, en una carta que escribe desde Belgrado a un ammigo griego a finales de 1940 en pleno apogeo del socialismo revolucionario de TITO. Ahí va la cita:
«Las condiciones son aquí bastantes sombrías, casi iguales a las que había a mitad de la guerra: superpoblación, pobreza. En cuanto al comunismo, querido Teodoro, basta con una breve visita a este lugar para decidir que merece la pena luchar por el capitalismo: por malo que sea, y con todas las sangrientas heridas, es menos lúgubre, sórdido y desesperanzador que este inerte y espantoso Estado policial».
Yo me pregunto, ¿cómo pudieron manipular nuestras mentes entre 1960 a 1980 vendiéndonos a los universitarios las excelencias del marxismo y socialismo autogestionario? ¿Cómo pudimos «picar» en semejante cebo asqueroso miles de estudiantes de buena fe Respuesta: Precisamente por que éramos de «buena fe», ilusos, que creíamos las mentiras perfectamente trazadas del marxismo.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.