Alicia Sanchez-Camacho lanzo el pasado sábado los pactos de Palau. Una especie de pactos de la Moncloa a la catalana. En los tiempos en los que nos encontramos, y ante las primeras muestras de nerviosismo social, y de falta de seguridad ciudadana el sólo hecho de hablar de pacto es importante.
La situación es absolutamente excepcional. En un ejercicio de responsabilidad el PPC aboga por sentarse en una mesa todos los interlocutores sociales, y hallar remedios a la crisis.
La convocatoria de más de mil empresas en Barcelona en torno a PIMEC-SEFES pone de relieve que las empresas han dicho basta. Los sindicatos están igualmente preocupados, y en cierta manera imponentes ante el tsunami de desempleo que esta ahogando a las familias.
Urge encontrar soluciones. El PPC ha propuesto algo con todo el sentido común un gran acuerdo entre partidos, sindicatos, patronales, y -añado- las instituciones financieras catalanas.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.
Ayer lo decía nuestra presidenta: por primera vez somos el primer partido de la oposición. Nuestro objetivo debe ser (y creo que, por fin, vamos por buen camino) superar a CIU en propuestas y alternativas para posteriormente superarlos en votos. Poco a poco y con buena letra.
Felicidades por la parte que te toca.
Saludos.
Esta iniciativa es un claro ejemplo de que en el PPC tenemos una clara vocación de gobierno, que gobernar es nuestro «sitio» natural y que sabemos hacerlo: detectando los problemas, proponiendo soluciones e implicando a todas las partes.
¡Bravo!
En efecto Marcos, despacio y buena letra.
Muchas gracias Elisabeth.
El problema es el NO sistemático, cuando la CEOE, aunque pueda parecer impopular, pide rebajar el despido, la respuesta es NO, no la contrapropuesta como tendría que ser, por ejemplo: si la CEOE pide rebajar el despido, tal vez sea necesario; ahora tenemos el despido indemnizado con reconocimiento de la improcedencia, pero injustificado, sin causa, bien, rebajemos el despido pero justificado. Respuesta de Don ZP ante la CEOE: NO ROTUNDO. Una respuesta responsable: Si pero no cheque en blanco para despedir. Es el problema, promesas y mas promesas de ayudar a las pequeñas empresas, autónomos, que no se ven; cerrazón ante cualquier propuesta, enrocamiento, con tal de no reconocer la gravedad de la situación y mantener la poltrona. Tenemos el despido más caro de Europa y, al tiempo, el menos sostenible desde todos los puntos de vista, jurídico y monetario.
Las soluciones pueden ser duras a corto plazo, pero necesarias, recorte de gastos superfluos, por ejemplo, en plena crisis, embajadas catalanas por capricho de Carod. La superación de una crisis exige renuncias y se predica con el ejemplo. La noción de «país» de algunos, por lo visto, está por encima de sus gentes, ese es el problema, ya no solo a nivel catalán, es decir, su «país» está por encima de su pueblo.
En medio de todo esto, se desencadena la furia contra el PP, se promociona a Rosa Díez, se fomenta la división. En estos momentos solo cabe la unidad contra el azote mediático interesado.
Al final del camino, tendremos lo de siempre, habrá aumentado la desconfianza internacional hacia España, habrán aumentado las primas de riesgo para invertir, y esto será un desierto con las deslocalizaciones.
¿Qué podemos hacer? Resistir el embate y seguir lanzando nuestras propuestas, el día 7 de marzo empieza parte de la guerra, demostremos que nosotros estamos dispuestos a hacer frente a la crisis, y no a zafarnos de ella echando basura sobre el adversario y sin aportar soluciones. Pero ellos, ¿Están dispuestos? That’s the question.
Se me olvidaba, si Marcos, nosotros somos la auténntica oposición y, además, RESPONSABLE, CiU están demasiado encadenados a su nacionalismo, el tripartito les limita, otro ejercicio de cobardía, mientras unos juegan a ver quien es mas catalán, nosotros estamos por nuestro pueblo sin distinciones, porque ni las epidemias, ni las crisis, hacen distinciones.
Victor ahora el Banco de España, por boca de su Presidente, Fernández Ordoñez, ha dicho que los costes del despido no son viables. Y el Gobierno dice que ni hablar. Es incomprensible el maniqueismo político en el que estamos instalados.