Primero, las denuncias eran sobre personas –generalmente jóvenes- a quienes los anuncios se les volvían contra ellas mismas (caso Georgina Hobday[1]).
Segundo, que fomenta las actitudes narcisistas[2]. Así un estudio de la Universidad de Georgia asegura que la red social es terreno abonado para los ególatras (Personality and Social Psychology Bulletin).
Tercero, los datos que se perfilan o insertan en las redes. Las redes sociales ponen en peligro la privacidad. Este es el caso de la entrevista a Doña Esther Mitjans[3] directora de l’Agència Catalana de Protecció de Dades (APDCAT) (La Vanguardia 1-12-2008 ).
Extracto:
¿Y esto está suficientemente regulado?
-No. (…) Los proveedores de estos servicios se aprovechan de esta falta de regulación homogénea y esto supone un reto para los estados nacionales.
-¿Se está trabajando en ello?
-Sí, se está trabajando. Sobre todo en Europa, donde tenemos una larga tradición de velar por este derecho a la protección de los datos.
-Pero en Internet no hay fronteras.
-No hay fronteras, pero a los proveedores sí les afecta si la Unión Europea hace advertencias sobre ellos o dice que no están protegiendo los datos personales de los usuarios. (…) Lo que se les pide es que den una información clara, que permita a las personas acceder a sus datos y cancelarlos.
Las advertencias están muy bien, pero en Catalunya esto llegara al C.A.C. (Consell de l’Audiovisula de Catalunya). A partir de aquí a controlar.
Conclusión: Las redes sociales no se pueden controlar y esto puede llegar a ser un peligro para adoctrinar a la población deben de pensar algunos.
[1] Ver el link de amistades peligrosas. http://www.lavanguardia.es/internet-y-tecnologia/noticias/20081208/53594756876/las-amistades-peligrosas-en-la-era-de-facebook.html#coment
Antonio Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario. Especialista en herencias, conciliación notarial, servicios notariales del área inmobiliaria y área internacional.