Quiero expresar mi agradecimiento personal a Juan Pablo II. Para mi vida, mi familia, mi profesión, mi relación con Dios Juan Pablo II ha supuesto una gran ayuda. Ha iluminado con su ejemplo, con su predicación y su vida muchos aspectos de nuestra existencia. Su última contribución fue la dignificación del dolor. En una sociedad que da la espalda al dolor y lo odia, Juan Pablo II sufrió con alegría y dió sentido a su dolor. Su teología humana del dolor fué otra lección magistral de las suyas. Un hombre, oficialmente un beato, para mí un santo, que tuvo mucho dolor y muchissima alegría y serenidad. ¿cómo es posible? Son las paradojas de Dios: con el dolor se llega a la alegría. Con el sufrimiento se mejora en el amor.
Nuestra sociedad no quiere el dolor y ver al Papa sufriendo -agonizando- en sus últimos días fué una dura lección. Es la lección de la cruz: otra gran paradoja. La cruz y la muerte nos devuelven a la vida.
Muchas gracias Juan Pablo II. Desde el cielo sigues ayudando a los que siempre confiamos en tí.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.