Copio una carta de un empresario afectado y preocupado por la crisis. Con su autorización la publico sin nombre:
Apreciados compañeros:
Como empresario que soy os hago llegar una reflexión sobre alguna medida, más, para paliar la crisis.
En estos momentos, uno de los principales problemas que tienen los pequeños, sobre todo, y medianos empresarios es la deuda contraída con las diferentes administraciones. Es decir, la práctica totalidad de estos pequeños y medianos empresario se han visto en la necesidad de pedir el aplazamiento de algún pago de las Retenciones a Cuenta o/y de las cuotas de la Seguridad Social. Pero, como la cosa ha ido a peor, la gran mayoría no ha podido afrontar esos aplazamientos.
Como consecuencia, en estos momentos, las diferentes administraciones han emprendido una verdadera caza contra estos impagos. Ni comentar cabe que estas empresas en este momento no pueden hacer frente a esas deudas. Como no lo hacen, no pueden trabajar porque si trabajan les embargan la facturación y eso les lleva a no poder pagar los nuevos impuestos generados de esa actividad, no pueden afrontar el pago de los salarios de los trabajadores y no pueden pagar a sus proveedores. Y, además, al no estar al corriente de pago con esas administraciones no pueden ser subcontratadas por otras empresas, ya que para ello se les exige que aporten los certificados de estar al corriente de pago con Hacienda y con la SS. Amén de que no pueden optar a contratos públicos.
Ante esta situación, ¿no creéis que pueda ser el momento de pedir una amnistía fiscal, aunque sea parcial o con otras fórmulas como carencia de x años (¿10 por ejemplo?)?
En estos momentos, al menos para esos empresarios, que son muchísimos, para empezar a ver el final del túnel, esto es condición indispensable. No hay otra posibilidad, porque ¿cuántos años generando beneficios debe estar una pequeña empresa para cubrir la deuda generada por esos aplazamientos? Pues no menos de 10 y teniendo mucha suerte.
Pero resulta que si no se hace algo así no se podrá reactivar esa parte de la economía, tan amplia e importante, como es la que genera la pequeña y mediana empresa, con la consecuente no generación de esos millones de empleos que genera la pyme, con la imposibilidad de recaudar impuestos, con la improbabilidad de reactivar el consumo, etc.., etc…
Pero si queréis podéis entrar también en la situación de los particulares, que también están siendo objeto de una persecución encarnizada. En mi empresa llevamos ya, también, más de un año que cada día recibimos varias notificaciones de embargo de parte del sueldo de los trabajadores. En el último año del 82% del conjunto de nuestra plantilla (48 trabajadores). Embargo por parte de Hacienda, SS, Diputación, Tráfico, Ayuntamiento, Consejo Comarcal, etc.., etc…
Creo que puede ser un buen momento, desgraciadamente, para hacer bandera del tema y machacar hasta la saciedad con él. Hay muchos afectados. Son millones los primeros y decenas de millones los segundos.
Espero que mi reflexión, promovida al leer la enésima diligencia de embargo a un proveedor que recibo este mes, un pobre empresario que hace piscinas y da (o daba) trabajo a seis personas y Hacienda le reclama 108.000 Euros, pueda servir de algo.
Cordiales saludos
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.
Fue el inicio de una «desgracia mundial»; una década de deterioro del nivel de vida, de enormes cifras de desempleo.Un drama.espero y rezo que eso no nos pase.
Esperemos que no. Esta en nuestras manos minimizarlo.