Leo en la Vanguardia (3/04/2011) una crónica de Rafael Poch sobre una encuesta de la Universidad de Hohenhaim y la banca ING – DiBA de Francfort que traza la tesis del aleman enfadado. Los alemanes están enfadados -según Poch- por la mayor desigualdad social, la falta de contención de la crisis financiera por parte de los políticos y por que los alemanas les ha tocado pagar las irresponsabilidades de «otros».
Algo parecido ocurre con el «catalá emprenyat» de Pujol. Las razones son parecidas a las que señala Poch en su crónica.
Yo hago otra lectura: la crisis. La crisis nos azota a todos y son muchos los que pierden «poder adquisitivo», «prestaciones», «oportunidades» o simplemente están en el paro. Es una situación nueva para la presente generación. Pero una crisis también es una oportunidad. Una oportunidad para mejorar personal y colectivamente. Para ser más solidarios y menos egoistas. Para compartir más entre todos y no para competir o hundir a nuestros próximos.
Yo soy optimista: de las situaciones de dificultad se pueden sacar mucho y bueno. Basta cambiar el «xip».
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.