La postura de CiU ante la reforma constitucional y la intrelocutoria del TSJC sigue en la línea esperada. Los dos hechos -ya conocidos- son interpretados como una agresión y se plantea en términos bélicos la relación con España, otra vez: agresión, plantar cara, no pasarán, ganar la batalla. No estamos en ninguna guerra sino ante dos visiones distintas de los hechos. Puede que antagónicas, pero democráticamente antagónicas. Apelar al lenguaje bélico como esta haciendo CiU no parece el mejor sistema, ni para mejorar la convivencia, ni para mejorar el autogobierno.
Vuelvo a insistir. CiU y otros partidos opinan que los hechos nos llevan de forma casi inevitable a la independencia. Hace años que siempre hacen lo mismo. Cuando algo no les gusta en España hablan de agresión a Cataluña y deciden ser «más» independentistas previo paso por la «desafección». Yo pienso que las apelaciones a la batalla, la agresión, al no pasarán, no son en absoluto buenas. Van en contra de una sana cohesión social. Dividen -y mucho- a los catalanes pues apelan directamente al sentimiento y a la viscera. La tensión en temas importantes, y dividirnos entre independentistas y no independentistas lo es, supone una fractura, no ayuda a cohesionarnos. Cataluña necesita cohesión y no bronca. Menos tensión y más aceite balsámico.
Parece que CiU plantea estas elecciones como una especie de «plebiscito» sobre Cataluña. Si lo que parece es, o sea, si se esta utilizando este tema como una opción electoral hay que reconocer que CiU ha metido la pata. No es el momento, ni esta el horno para estos bollos. En la calle los ciudadanos seguimos preocupados por la crisis, el paro, pagar la hipoteca… Ciertamente es más prosaico que la Independencia de Cataluña pero si arreglamos la crisis viviremos mejor…
Mas sensatez y sentido de la responsabilidad. Esto pido.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.