Estos días se discute cómo queremos que sea la escuela, no os repetiré argumentos ya publicados en este Bloc y en otros medios de cómo y porque la Ley Maragall aboca la educación al desastre, o del planteamiento que hace el PPC que como sabéis no se ha limitado a unas enmiendas si no a generar un nuevo articulado para la ley.
Hoy no quiero entrar en la discusión de si queremos una escuela catalana laica o religiosa, pública o privada, laxa o estricta, participativa o jerarquizada, ni en los pros y contras de cada una de esas posibilidades.
Solamente os plantearé dos objetivos que seguro compartiréis, yo quiero una escuela Gratuita y de Calidad; para llegar ha eso todos tendremos que estar incluidos, todas las sensibilidades, y todas las perspectivas. Porque una ley de educación no se puede hacer contra nadie como la que nos presenta el PSOE se ha de hacer a favor de todos como la que presenta el PPC.
Porque sin una educación de Calidad nos jugamos el futuro de nuestra sociedad, y la calidad pasa por el esfuerzo, el merito y el respeto a los principios plurales de pensamiento.
Porque sin una educación Gratuita generaremos desigualdad social para el futuro y limitaremos las oportunidades de una parte de nuestra sociedad, y si la educación no puede ser gratuita para todos, reduciremos la competencia por la calidad y penalizaremos la libertad de los padres que se ven obligados a inscribir a sus hijos en centros no elegidos por ellos, o que tienen que renunciar a centros concertados religiosos o laicos por no poder hacer frente al sobrecoste que implican por falta de financiación publica.
No es este un tema baladí como algunos nos quieren hacer creer para desinteresarnos, porque esta ley parece más interesada en adoctrinar a los alumnos en una cierta forma de entender el mundo, más allá de la voluntad de sus familias, que en formarlos intelectualmente.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.
Como profesional de la enseñanza hace ya años que se va viendo por dónde andan los caminos educativos. Empezamos por la ESO, se vendió como la panacea al fracaso escolar y se puso el rasero en la parte baja de la población en edad de ser educada intelectualmente. Se redujeron las materias que desarrollaban el intelecto: latín, filosofía, etc .y se añadieron muchas «manualidades». La cabeza se formaba poco, se añadió después , en las distintas cadenas deT.V. , programas «basura» y de «morbo», ya teníamos dos elementos de un cocktail explosivo que era imparable. Se criticó el esfuerzo, el slogan era «aprenda inglés en 15 días»……la memoría ya no era útil y ahí está el quid del asunto : las tres potencias del alma quedaron relegadas. Incapaces de tener un espíritu crítico, traga que te tragarás y al final de eso el adoctrinamiento con EPC ¿quién da más?????????
Potenciar, trabajar, y estimular la memoría, la inteligencia y la voluntad es algo que no puede ser renunciado por un sistema educativo. Saludos Dolors