Cuando el señor Solves presenta sus predicciones económicas tengo la sensación de ver a un cagané en las fiestas de agosto, está fuera de tiempo, de lugar y de realidad.
Todos los datos de nuestra economía nacional son gravísimos porque, a la vez que sufrimos la crisis internacional de forma coyuntural, tenemos una crisis aún más importante, menos visible pero que será más profunda en el tiempo y de difícil corrección por cuanto es de tipo estructural.
Esta crisis estructural que se soluciona con una reconducción general del modelo productivo podría haberse realizado a lo largo de la anterior legislatura aprovechando el momento dulce de la coyuntura económica internacional, pero no se izo en su momento y tendremos que sufrirla en circunstancias completamente adversas; contra más tiempo transcurra sin afrontarla se agravará más el tremendo coste social que implicará para los españoles.
Durante los últimos años en España hemos vivido por encima de nuestras posibilidades consumiendo a crédito y convirtiéndonos en uno de los países más endeudados del planeta, nuestra deuda publica y privada se aproxima a 3 veces el PIB nacional, y con una economía poco productiva como la nuestra aún se dificultará más la capacidad de amortización de esa deuda.
Nuestra economía tiene fiebre pero la fiebre no es más que un síntoma de la enfermedad, el gobierno solo pone medidas para rebajar la fiebre, con poco éxito por otra parte, pero lo que tiene que hacer es tratar la enfermedad; contra más tardemos más duro tendrá que ser el tratamiento y su coste en destrucción de riqueza y empleo.
Y por cierto, al cagané veraniego no lo veo aplicando las medidas necesarias porque ni sabe, ni puede, ni quiere.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.