El pasado 20 de Enero asistí en un hotel de Barcelona a la presentación del libro “Pero quién mato a Olof Palme” (La Patumaire, 2009) del periodista y amigo Ramón Miravitllas. Allí estaba representación la gauche divine catalana encabezados por Ana Balletbó. De entrada criticas a la derecha, Aznar, Irak. Lo de siempre: balones fuera.
Hay que dejar a lado esta izquierda antigua, la que representa PALME, y profundizar en las ideas. ¿qué significó PALME? A la socialdemocracia, socialismo que acepta las libertades formales, y en consecuencia la alternancia de las urnas, pero socialismo-comunismo en lo social y económico. De PALME bebieron FELIPE GONZALEZ, y ALFONSO GUERRA a partir de ahí todo el socialismo español. Las ideas de PALME –al final esto es lo que vale, las personas somos prescindibles- son las ideas que se nos han “implantado” en España. En educación, sanidad, inversión pública, política fiscal, política urbanística y un largo etcétera. La base ideológica es muy sencilla, todos somos iguales, y todos hemos de seguir siendo iguales. En consecuencia el que se desiguale lo pagara caro. Este socialismo rancio pregunta al ciudadano, ¿qué te has creído tú, pensar o hacer por ti mismo? No, tu no te preocupes papa socialista se ocupara de todo.
Las propuestas las conocemos: Estado, Estado y más Estado; Administración; burocracia; losa fiscal; sector público; poder sindical arriba, poder judicial abajo, y mucho más. Este modelo fue barrido del mapa en 1989. Nos guste o no, el modelo socialista sueco no les gusta ni a los propios suecos.
En España hemos copiado a los suecos. GONZALEZ y PUJOL, PUJOL Y GONZALEZ. Mala copia. La prueba: Educación; urbanismo y vivienda; industria; administración y la burocracia. Ahora es el momento de cambiar de modelo. España se muere de rigidez, rigor mortis. Podemos reavivar el cadáver, haremos el milagro pero no con la anticualla de socialismo que tenemos.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.