(a propósito del intento incendario en una sede del PP en Mataró)
El arte rupestre se basaba en pintar -hace miles de años- las paredes de las cuevas. Escenas de caza, domésticas, animales, lanzas, bailes. Esto es Altamira. Nuestros antepasados vivían en cuevas, eran trogloditas.
Ha llovido mucho, y después llegó la edad antigua. Se pintaban también paredes, después telas, y desde el Renacimiento la pintura y la escritura tuvieron un gran desarrollo. Los sentimientos, y los mensajes fueron comunicándose a través de la pintura, la escritura y otras artes.
Dejamos de pintar en las cuevas. La civilización había llegado. ¿Había llegado?
¡No! Hay quién aún no se ha enterado, y sigue utilizando las paredes ajenas para comunicarse, o enviar mensajes. Igual que nuestros antepasados trogloditas.
La verdad es que las personas, supongo jóvenes -ellos y ellas-, que pintaron la sede del PP en Mataró van de antiguas. Son auténticos trogloditas. Pintan las paredes, y las persianas, y como el hombre de Cro Magnon hacen fuego. Están a unos 7.000 años. Lejísimos.
Pero, ¿no se han enterado estos cromañones que existe Internet? Es muy fácil: vas a un periódico, o a un bloc y pones a parir a quién te de la gana. ¡Y es más limpio!¡Esto de hacer pintadas es cavernícola, señores nacionalistas! Y quemar cosas en la calle, es antediluviano.
Luego nos llaman a los del PP «fachas». ¡Pero si la «facha» es la tuya, carquilla!
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.