Desde el Partido Popular entendemos que lo importante es conocer bien el catalán y el castellano y consideramos que el bilingüismo es el método idóneo para ello. Asi de simple. CiU, PSC, ERC y ICV consideran que el método de inmersión lingüístico es algo esencial a la identidad catalana y en consecuencia es una especie de dogma de fe. El PP i C’s entienden que la inmersión es un método más. No es un dogma de fe, ni por supuesto es una seña de la identidad catalana. El catalán sí es una seña de identidad pero su método de aprendizaje es simplemente esto un método. Este es el primer argumento, pero existen otros. Entendemos que la inmersión lingüística perjudica el aprendizaje de los alumnos. Los hechos confirman el bajo nivel de los alumnos catalanes si los comparamos -por ejemplo- con los madrileños, riojanos o los castellanos. Existen estudios que relacionan la inmersion con un déficit en la adquisición de conocimientos. El PP entiende que es mejor método el bilinguismo
Llama la atención -salvo por los tiempos electorales en los que nos encontramos- la salida de pata de banco de CiU. Parace que la interlocutoria del TSJC sea una especie de declaración de guerra. Se habla de batalla; de defensa de la identidad; de agresión a Cataluña. Ojo, no nos confundamos. Estar en contra de la inmersión no es estar en contra de Cataluña, ni del catalán. Por favor, basta de confundir a los catalanes y estigmatizar al PP que tiene todo el derecho a mantener una opinión diversa en este y en los temas que los considere oportuno.
Existen argumentos académicos, sociales y jurídicos para defender el bilingüismo. Esto es la democracia: hay unas reglas -las leyes-, unos derechos constitucionales y unos tribunales. Lo que no parece admisible es la actitud del poder ejecutivo de Cataluña: cuando una sentencia no le gusta no la cumple y encima pone como parapeto a Cataluña. Esto no es «faire play».
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.