El salto político de Laporta ha sido un triple mortal. Laporta ha experimentado que no sólo de independencia vive el hombre. No basta que se unan una serie de señores con la bandera de la independencia. No es suficiente. Hay que tener un proyecto de sociedad; presentar propuestas; pensar en el paro; opinar sobre la situación económica. No basta con la independencia. Un banderín de enganche se desgarra pronto.
Hacer -forjar sería más exacto- un partido político es algo más complejo. Esta vez parece que algo ha salido mal: el SI a la independencia express ha pasado a ser el partido de los «independientes»: unos se independizan de los otros. No está mal. Como dice la canción, Laporta, que te vaya bonito.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.