El blog de Toni Bosch

Crónica del confinamiento. Pactos para salir de la crisis

 

 

Mi experiencia política es que en España no somos muy dados a los pactos. No sé si es el cainismo español. Quizás sea por un orgullo malentendido. Puede ser que seamos unos quijotes. También nuestra defensa de los “ideales” que nos convierte muchas veces en intransigentes y surrealistas.

En cualquier caso, hay dos notas muy propias: que quede claro quién tiene la razón; y que la realidad la dicto yo.

Pero, y siempre hay peros, no es así. No siempre se tiene la razón y la realidad está ahí y uno puede acomodarse a ella o simplemente darse de cabezazos con ella.

Esto es a propósito de los pactos entre Gobierno y oposición. Tengo la esperanza que lleguemos por primera vez a algún acuerdo útil. Útil a todos. Es decir, a todos los españoles. No a los votantes de unos o de otros.

Me parece bien que se hable en el Parlamento que es la casa dónde están todos.

Parece,  que lo primero es acordar los puntos del acuerdo: estado de alarma, economía, paro, pensiones, reactivación, y otros temas. Yo no trataría ahora los temas de siempre, los que llevamos hablando desde hace 40 años. Educación, autonomías… Esos los dejaría para otro momento.

Acordados los puntos, se va al cómo y al en qué. ¿Como? Primero, los grandes, después los pequeños oyendo a todos. También los de Bildu, los de Esquerra o los de Vox. Quizás no entren en el acuerdo, pero se les ha de escuchar. ¿En qué? Ahí habrá que negociar, pero no pensando en mis votantes, sino pensando en la realidad qué tenemos. ¿Cuál es esta realidad? Muy fácil. 1/ Gastamos más de lo que ingresamos. 2/ Tenemos un paro gigantesco.  3/ Las pensiones ya están en déficit y peligran en un futuro. Si PSOE y PP se ponen de acuerdo en la “realidad” -que es relativamente fácil- habrá que buscar una solución. ¿Cómo ha de ser la solución? Pues contrastada y aceptada. Contrastada como eficaz. Ejemplo, el plan de Zapatero de gasto: no sirvió para nada.  La reforma laboral de Rajoy tuvo sus cosas buenas: esta ahora sirviendo con los ertes, ese es otro ejemplo.  Ya tenemos experiencia por lo que encontrar las soluciones no debería ser demasiado difícil.

Por último, huir de extremos. ¿Todo público? No, esto no funciona en Europa. Funciona en Venezuela,  y por lo tanto no vale como solución. ¿Qué paguen impuestos los ricos? Esto es una tomadura de pelo. Los primeros que no se lo creen son los propios ricos. ¿Qué funcione el libre mercado y el Estado deje hacer, deje pasar? Ya se ve que tampoco funciona.

Poco a poco, pasito a pasito, y buena letra. Este es mi consejo en tiempos de ajetreo.

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