Hace ya tiempo el PP empezó a plantear que la situación económica del país era muy delicada y se nos tachó de antipatriotas y de poner palos en las ruedas entre otras lindezas.
La economía de un país es -salvando las distancias- como un barco, tiene un capitán (Rodríguez), una sala de maquinas (Solves) y navega por el mar de la globalización.
Mientras hubo calma chicha todo parecía funcionar, el barco no se balanceaba a pesar que el capitán estaba en la piscina, se movía adelante por el propio impulso que tenía de la época del PP, pero ya no se echaba carbón al motor. Y de pronto llegó la tormenta.
Cuando empezó la tormenta el gobierno dijo que solo era marejadilla, pero resultó ser un huracán.
Cuando el gobierno reconoció que era un huracán nos dijo que tranquilos porque el empuje del barco nos haría pasar sin pena ni gloria, pero resultó que la sala de maquinas estaba parada (lo que oíamos eran los ronquidos de Solbes no los motores del barco).
Cuando el gobierno reconoció que no teníamos máquinas nos dijo que no había problema porque el Capitán sabría dirigir la nave en esas condiciones, pero resultó que el Capitán es un incompetente que nos lleva a la deriva.
Hoy cuando todos vemos que el barco hace aguas, el capitán Rodríguez nos reúne en la sala de fiestas (léase TVE) y nos dice: tranquilos todos porque esto es submarino.
Alerta, es un terremoto submarino, !es un tsunami! Esto lo seguimos advirtiendo desde el PPC para cada uno se prepare. Pasará, pero el impacto es terrible.
No existirán soluciones fáciles para esta crisis, saldremos de ella con esfuerzo, entrega y renuncias; decir lo contrario es mentir a la sociedad, pero sobre mentir nuestro Capitán tiene sobrada experiencia.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.