A Valentí Almirall (1841-1904) se le tiene por uno de los padres de la patria. Efectivamente ALMIRALL fué un político importante para el catalanismo pues ejercio su actividad entre 1860-1900 justo al inicio de la Renaixença, el movimiento cultural y político que precedió al catalanismo político. ALMIRALL fué uno de los promotores del PACTO DE TORTOSA (1869). Este pacto -hoy olvidado pero de una enorme importancia política por el personaje, la época y su significado- reunió a las fuerzas republicanas de la antigua corona de Aragón (Cataluña, Aragón, Valencia, e Baleares). Este pacto que pretendía una confederación decía:
«Como nadie ignora, la federación no es la separación (…) sin que en manera alguna entienda por esto que pretendan -las regiones de la Antigua Corona- separarse del resto de España».
La cita la traigo a colación por la actitud tan irresponsable de los máximos dirigentes de CiU abrazando la independencia como forma de «encajar» en España.
Pienso que han ido demasiado lejos con la secesión desde el poder. La legitimidad en el ejercicio del poder exige que los gobernantes actúen con criterios de legalidad, sentido común y compromiso con la función que cumplen en la sociedad. Hay que cuidar la cohesión social y no establecer debates frustrantes en una sociedad harta de preguntarse cada diez años quién es y a dónde va.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.
Dicen voces entendidas que todo tiende al caos, todo en el mundo, todo en el Cosmos, y que el caos, el desorden, es hijo de la inconsciencia, de la incomprensión.
Estas ansias de independencia, de estar, pero no estar, de separar, de la no integración, de generar resentimientos cuando tan necesarios son los entendimientos, porque dos y dos cuatro son, y son más cuatro que dos, y la Unión hace la Fuerza, y no la separación; ¿serán acaso estas ansias un signo del no saber a los problemas dar solución?
El pueblo dice claramento no.
El pueblo quiere paz, unión, no escisión.
Creo que el pueblo quiere trabajo, arreglar la situación economica y que los políticos nos ocupemos del bienestar de todos. Por este orden. La indenpendencia sale sólo para unos pocos. No es relevante.
Creo que Vd. tiene mucha razón. Lo más importante es el trabajo. Desgraciadamente, es un tema que atañe directa y profundamente al hogar del cual formo parte.
Lo principal es la supervivencia; sin ella, lo demás ya ¿qué más da?
La política catalana seria nunca ha sido separatista. Puede haber planteado distintas opciones administrativas pero nunca, la política seria, ha buscado la separación del resto de España. Esto nos da una idea de la seriedad de los políticos que gobiernan hoy la Generalitat.
Los políticos separatistas, históricamente, tuvieron que ir a buscar adeptos a los pueblos más recónditos de Cataluña y, allí, según he leído, sólo se les unían dos figuras: el tonto y el loco del pueblo.
El pueblo catalán ni es separatista ni nada que se le parezca. Es trabajador, buen negociante y empresario, protector de su familia y celoso de sus costumbres.
La brecha, hoy, entre los catalanes y la Generalitat es más alta que nunca. Y la incoherencia es un mal virus.