Europa necesita líderes, pero ¿qué líderes? Si profundizamos en el liderazgo lo vemos como una realidad poliédrica. Con muchas caras. Hay un liderazgo moral, por ejemplo el del Papa o del Dalai Lama. Se reconoce socialmente este liderazgo por la calidad de las personas o por la institución a la que representan. Existe un liderazgo económico. Se trata de personas que tienen lo que se podría denominar poder económico. Son esos que mandan. Es el liderazgo del jefe de la empresa, del patrón o del empresario fulgurante. Se impone su capacidad de gestión, su acierto en los números o su abultada cuenta corriente. Son estos señores que saben hacer dinero. Un ejemplo sería Warren Buffet. Por último, el liderazo político es el que tras la victoria de las urnas se consolida con una buena gestión de la comunidad. Fué el liderazgo de Jordi Pujol, Helmut Kolh o Kennedy por citar tres figuras de tamaño político diferente pero de indudable liderazgo político.
Europa necesita líderes con esta triple faceta. Unos aspectos morales o espirituales de tal manera que al líder se le reconozca como tal por la fortaleza de sus virtudes de gobierno. Un liderazgo económico por estar respaldado por la fuerza del poder económico. Tener o representar a una economía pujante o al menos con las ideas claras. Europa necesita un líder político al que los europeos le reconozcan como su representante.
Las crisis en Europa nos obliga a buscar un líder sólido que nos lleve hacia la senda de la recuperación económica, y también moral -confianza en nosotros mismos-. ¿Es Angela Merkel? No sé. Puede, pero pienso que Europa aún no es capaz de generar líderes como sí los genera Estados Unidos de América ya que no existe unión política. La crisis ha puesto sobre el tapete esta necesidad de liderazgo. Nos queda aún tiempo pero no podemos «perder» más tiempo.
Antoni Bosch Carrera. Notario de Barcelona y profesor universitario.